Planetas y estrellas en escala

Este video lo encontré hace algún tiempo en la página de Noticias de Ciencia y Tecnología, y lo mire otra vez hace poco, y como pone el texto de esa página: “luego de comparar los tamaños de los planetas y las estrellas llegamos a la conclusión de lo insignificantes que somos”

Les recomiendo mirarlo, tan solo es 1 min. 26 seg.



Comportamiento homosexual y evolución


El comportamiento homosexual en animales ha sido un tema de mucho interés para científicos, así como para no científicos. Al parecer es un fenómeno universal en todos los grupos del reino animal, incluyendo mamíferos, aves, reptiles, anfibios, insectos, moluscos y nematodos; es decir desde gusanos hasta delfines, todos los animales muestran tendencias homosexuales, según una nueva investigación.


Estudios en el pasado han revelado que los chimpancés, los pingüinos y las moscas de la fruta muestran ciertas conductas homosexuales. Pero ahora la nueva investigación llevada a cabo por investigadores de la Universidad de California (Riverside) afirma que este es un fenómeno común en todas las especies.


Para el estudio, publicado en Trends in Ecology and Evolution (Tendencias en Ecología y Evolución), los científicos llevaron a cabo una revisión de las investigaciones publicadas que se habían centrado en la conducta sexual de los animales. Y encontraron que aunque es un fenómeno común, el tipo de comportamiento puede variar entre las especies. "Todos, desde los mamíferos, las aves, los anfibios, los insectos y hasta los arácnidos, son grupos animales en los cuales se ha visto algún tipo de conducta sexual entre el mismo sexo" dijo a la BBC Nathan Bailey, el biólogo evolutivo que dirigió la investigación.


"Sin embargo, la conducta homosexual de las moscas de la fruta es sumamente diferente de la conducta homosexual de los chimpancés y los delfines", agrega. Según el investigador, en las moscas de la fruta, por ejemplo, el macho corteja y copula con otro macho porque carece de un gen que le permite discriminar entre los sexos. Pero en los chimpances o los delfines la función de la conducta sexual entre el mismo sexo es totalmente diferente. "En estos animales -dice el investigador- el comportamiento sexual entre el mismo sexo les facilita la interacción de grupo.


"Y se da también en el caso en otros grupos animales en los que la conducta homosexual no tiene ninguna función específica". "Los estudios con macacos japoneses, por ejemplo, no se ha logrado encontrar una buena explicación de porqué estos animales muestran conductas sexuales entre el mismo sexo".


"En los casos en los que los estudios no han logrado encontrar una función adaptativa de la conducta homosexual, como por ejemplo que sirva para mejorar la capacidad reproductiva o la supervivencia de la especie, se cree que la conducta homosexual es resultado de la confusión para diferenciar entre los sexos". "Esto es lo que ocurre con las moscas de la fruta, que por falta de capacidad discriminatoria los machos aparean con otros machos sin saberlo", dice el investigador. Los delfines, sin embargo, utilizan la conducta homosexual para establecer lazos y formar alianzas con otros machos.


En las últimas dos décadas, dicen los investigadores, ha habido muchos estudios que se centran en los mecanismos que conducen a que los animales muestren conductas sexuales entre el mismo sexo. Sin embargo, hasta ahora se sabe muy poco sobre cuáles son las consecuencias evolutivas de estas conductas. Tampoco se sabe hasta qué punto estas conductas sexuales entre el mismo sexo tienen componentes genéticos o están más influenciadas por el medio ambiente. "El conocimiento de esta información nos ayudaría a entender mejor cómo evolucionan las conductas y si estas conductas son comunes en todos los ejemplares de una especie pero sólo algunos son capaces de expresarlas", agrega el científico.

Fuentes:

Modificado de la noticia original publicada en BBC Mundo (hacer click aqui )

Articulo original publicado en Trends in Ecology and Evolution (hacer click aqui )

El sexo cuesta?



Independiente de cuales fueran las presiones selectivas que les condujeron a ello, lo cierto es que nuestros antepasados adoptaron una estrategia reproductiva de tipo sexual en algún momento de nuestra historia evolutiva, y debemos llevar esa carga a cuestas. En términos energéticos el sexo es increíblemente costoso (competencia entre machos por el acceso a las hembras), incómodo (gestación y parto) y peligroso (enfermedades venéreas, probabilidad de muerte en el parto); pero de todos modos nos fascina (al menos a la mayoría de la población). El sexo nos lleva a dejar de lado el juicio y cometer los actos menos lógicos y más peligrosos en pos de la reproducción, pero aquellos que tienen éxito obtienen la recompensa más grande en términos evolutivos: la prolongación de su existencia genética.



Similar que ocurre con mucha cosas, creemos (o queremos creer) que el “amor conyugal” es aquel sentimiento “perfecto” en donde se encuentra la felicidad absoluta (si es que de verdad existe, o si no es más que la práctica del sexo monógamo para mantener unida a la pareja por un tiempo largo, característica que compartimos con Homo habilis y H. ergaster). La realidad, sin embargo, dice que el índice de divorcios en Norte América es cercano al 50%, y el de España similar (47,5%). Curiosamente, los matrimonios sin hijos (es decir, sin haber asegurado la prolongación de sus genes) son los que tienen una mayor probabilidad de ruptura. Tal vez en este punto habría que recordar que las emociones no son más que los brazos ejecutores de la evolución. No les resulta ineludible preguntarse ¿cuántos de esa mitad de matrimonios sobrevivientes son realmente felices? Quien puede responder esto?



¿Tan sólo pregúntense cuántos hijos puede tener un hombre en un año y cuántos puede tener una mujer? El hecho de que los machos tengan un mayor potencial reproductivo que las hembras, los hace estar bajo presiones selectivas que los fuerza a ser cada vez mejores competidores por el acceso a la reproducción sexual. Pero no todas las hembras son iguales, varían en su calidad reproductiva, y en los H. sapiens ésta se mide, entre otros parámetros, por la apariencia física. Es por esto que aquellas mujeres son consideradas “bonitas” en estándares evolutivos, tienden a tener una mayor cantidad de hombres dispuesto a aparearse con ellas; y por lo tanto, tienen el privilegio de poder escoger al que crean el mejor “macho”.



En la naturaleza, los machos llegan por lo general a extremos para hallar una pareja sexual, incluso a riesgo de su propia existencia. Son muchos los ejemplos que se pueden citar: las peleas cuerpo a cuerpo que durante horas y días realizan algunas especies de cérvidos, terminando heridos incluso de muerte. Los abrazos nupciales de ciertas especies de ranas, en las cuales el macho permanece abrazado a la hembra, incluso durante semanas enteras, sin probar bocado, lo cual lo deja al terminar tan debilitado que con frecuencia muere poco tiempo después. Por último, cómo pasar por alto el clásico ejemplo de ciertas especies de mántidos (mencionado antes en el blog) en donde el macho textualmente pierde la cabeza por la hembra. Los costos son altos para los machos que compiten por el limitado recurso que son las hembras. Las gigantescas y complicadas plumas de ciertas aves, como el pavo real o el quetzal, no son más que costosísimos e incómodos accesorios para atraer a las hembras. Todo cuesta en la vida, y al macho alfa en algunos primates, son niveles extremos de stress y desgaste físico para mantenerse por pocos años en monopolio sexual de su harem. Luego de lo cual se retiran a una vida de ostracismo o de rechazo social, agobiados por venganzas y ajustes de cuenta por parte de sus antes subordinados. Con pocas excepciones, se podría decir que la hembra humana la tiene más fácil, especialmente aquellas cuyos atributos les permiten mantener un monopolio sexual, y por ende poder escoger con holgura su pareja de turno.



¿Es la naturaleza humana independiente del reino animal, o sigue los mismos procesos y se rige bajo las mismas leyes fundamentales? ¿Acaso la cultura nos hace únicos entre nuestros parientes los simios, envistiéndonos de un aura especial como muchos quisieran creer o somos simplemente producto de la interacción entre nuestros genes y el ambiente? ¿Es que hemos logrado romper las cadenas impuestas por la selección natural y el proceso de evolución, haciéndonos de algún modo especiales sobre el resto de seres vivos? Y aunque sentados en un cómodo sofá y con la nevera llena de alimentos podamos caer en la tentación de pensar que el trabajo de la selección natural como creadora y moldeadora del ser humano es una cosa del pasado, la respuesta se divisa sencilla y sin mayores rodeos, mientras respetemos los límites de la razón y de la evidencia sobre nuestra historia evolutiva. Sin embargo, desde la niñez nos vemos sometidos a un régimen diario de adoctrinamiento sobre nuestros orígenes y naturaleza, que ha creado una resistencia natural en todos nosotros (o la mayoria) a colocarnos al mismo nivel que el resto de seres vivos. Tal vez debemos empezar a vernos como en verdad somos, entendernos como primates sujetos a impulsos instintivos y moldeados por genes de trayectoria ancestral; sabernos sujetos a las mismas leyes y principios que el resto especies en el planeta.



Esta entradas es la primera sobre comportamiento sexual humano (vendrán más!!!), y sobre la que he tenido largas charlas y debates, y pocas conclusiones.



Fuentes:
Buss, D. M. 1994. The strategies of human mating. American Scientist. 82: 238-239
Dawkins, R. 1994. El gen egoísta, 2da ed. Salvat. Barcelona.
Guillen-Salazar, F., y G. Pons-Salvador. 2002. El origen evolutivo del comportamiento sexual humano: una aproximación desde el campo de la psicología evolucionista. Rev. de Psicol. Gral. y Aplic. 55(2): 187-202.
Palmbit, R. 1994. Dynamic pair bonds in Hylobatids: implications regarding monogamous social systems. Behaviour 128: 65-101.
Y muchas paginas webs…….

Homer Simpson vs. niño predicador

Aunque muchos ya habrán visto estos dos videos, que son verdaderas joyas de Youtube, me pareció buena idea ponerlos en un mismo post.

La elocuencia y dicción de este niño es sorprendente, y su………memoria verdaderamente envidiable, aunque sus argumentos para refutar la evolución son poco claros (esto es ironismo puro!!! Aparte….esto no es explotación infantil?). Y para probarles que el niño predicador se está equivocando, quien puede si no es Homer Simpson mostrarnos toda la historia evolutiva?

Pues ahí les dejo con los videos, disfrútenlos……si les dejan…


Qué es el dolor?



De acuerdo a la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (Association for the Study of Pain), el dolor en humanos se considera “una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño tisular actual o potencial, o descrito en términos de ese daño”. Según el Diccionario de la Real Academia Española, el dolor es una “sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior” (y aunque no viene mucho al caso, me pareció curioso que dolor de corazón se defina como un “sentimiento, pena o aflicción de haber ofendido a Dios”, por que meterlo aqui??? no entiendo...en fin)

Evaluar el dolor animal de manera objetiva es sumamente complejo. Algunas señales de comportamiento, que al parecer son obvias, como los reflejos involuntarios en animales que tienen algún tipo de daño en el sistema nervioso central, no necesariamente indican dolor. Pero mientras se desarrollan herramientas de medida validadas, los parámetros de comportamiento humano son extrapolados y usados para valorar el dolor en los animales (somos el centro del universo, no?).

Sin embargo, un informe desarrollado por la Academia Nacional de Ciencia de Estados Unidos y basado en una extensa revisión de la literatura científica disponible concluye que todos los vertebrados deberían ser considerados capaces de experimentar dolor. Sí!!!. Leyeron bien!!! Todos los vertebrados. Y aunque la imagen que mas nos puede preocupar de un animal sintiendo dolor puede ser nuestra mascota, que podemos decir de los peces óseos? De alguna manera podríamos afirmar que estos seres hace 500 millones de años ya estaban sintiendo dolor? Yo diria que si.

Y qué hay del dolor en investigación animal? Me imagino que todos los que estamos envueltos, de alguna manera en investigación usando animales nos hemos planteado este dilema ético. Evitarlo, prevenirlo, y aliviarlo debería ser lo correcto, no solo desde el punto de vista ético, sino también por la buena práctica científica. No estoy en contra de usar modelos animales para experimentar en investigación, solo me parece que lo éticamente correcto es usar las 3 Rs que se mencionan en el informe de la NAS (Replacement, Refinement, and Reduction). Refinamiento de los procedimientos experimentales, es decir utilizar los métodos que menos dolor puedan causar. Reducción en el número de animales usados. Y reemplazo de animales con otros modelos, cuando es posible.



Si no……mirar el video…..es un poco impactante, pero es el resultado de concebir el dolor (como muchas otras sensaciones) como “propiedad humana"




Creen que los animales pueden sentir dolor?

Para los que quieren saber cómo reconocer si su perro siente dolor (click aquí) y para los que quieren saber lo mismo sobre los gatos (click aquí)

Fuentes:
http://www.infonature.org/english/world_news/eng-nature_news_animal_torture.htm
http://www.shac.net/SHAC/shac_intro.html
Recognition and alleviation of pain in laboratory animals. Report in brief. The National Academy of Sciences. 2009